25-05-2023

Salud avanza imparable

Es innegable que el ramo de Salud está viviendo una buena época, que deja atrás todos los retos que tuvo que afrontar con la crisis sanitaria. Sin lugar a dudas, supuso un revulsivo del que ha sabido fortalecerse, gracias a la mayor concienciación de la población, tanto de los ciudadanos como de las empresas, y de las propias aseguradoras, que han reforzado su apuesta por la inversión tecnológica y ampliado sus coberturas para dar respuesta a nuevas demandas sanitarias y asistenciales.

ARTÍCULO PUBLICADO DE MEDIADORES DE SEGUROS Nº 116

Basta comprobar las cifras del último ejercicio para apreciar este desarrollo. En 2022 superó por primera vez la barrera de los 10.000 millones de euros de facturación (10.543 millones), gracias a un crecimiento del 7%. Supuso el mayor incremento entre todos los ramos y congrega ya el 16,3% de los ingresos de todo el sector, acercándose mucho a Autos (17,5%), que lo lidera.

Estos datos recogidos por Unespa responden a un aumento de asegurados, impulsado principalmente por la pandemia, que acrecentó entre las personas la preocupación por la salud, y tensionó la situación de la sanidad pública, con reivindicaciones de mejoras por parte de los profesionales sanitarios y saturación del sistema. Solo las listas de espera prolongadas crecieron un 10,9% en 2022, teniendo que aguardar los pacientes una media de 122 días para las intervenciones y de 95 días para las consultas con los especialistas.

Esta preocupación se ha visto reflejada en el número de ciudadanos que optan por contratar un seguro de Salud. En la actualidad más de 13 millones de personas en nuestro país posee uno, lo que equivale al 25,32% españoles, y en regiones como la Comunidad de Madrid (40,1%) o Cataluña (33,49%) superan ampliamente ese porcentaje.

Aunque la pandemia ha incidido en esta situación, la tendencia alcista del ramo es prolongada, ya que en 2011 el porcentaje de personas con un seguro médico privado era cinco puntos menor (18,9%). Y el futuro también se espera halagüeño. No obstante, la buena evolución se ha mantenido en el primer trimestre de 2023, con un crecimiento del 7,53% y 2.944 millones de ingresos.

Impulso de los viajes

Una dinámica que se ha visto favorecida en los últimos años por la incorporación de coberturas sanitarias en otros tipos de aseguramientos. Especialmente significativo ha sido el de la asistencia en viaje, que han incorporado muchas pólizas. No solo existen muchos países en los que es indispensable contar con un seguro médico para poder entrar, como es el caso de Cuba o Argelia, sino que en otros la llegada de la pandemia ha incrementado las exigencias, de modo que deben contar con un seguro de Salud con cobertura en caso de coronavirus, como es el caso de Israel.

Sin irnos tan lejos, en la misma Unión Europea hay casos como el de Suecia en el que, aun teniendo la tarjeta sanitaria europea, hay que pagar por tratamientos imprescindibles, por lo que puede resultar recomendable acudir con una póliza propia.

En cualquier caso, la covid ha mejorado la conciencia entre los viajeros por desplazarse asegurados, ya que aumentó la preocupación por contraer la enfermedad y, por extensión, se instauró entre los viajeros como una hipótesis plausible poder enfermar en el lugar de destino y no saber si se podrán disfrutar de las atenciones médicas convenientes. Y aunque la relajación de los requisitos sanitarios y los avances en la vacunación hayan paliado esa sensación de vulnerabilidad, la reactivación del sector turístico está generando un crecimiento en la contratación de seguros de asistencia en viajes y las aseguradoras han reforzado esas soluciones en sus carteras.

De ahí que también se haya promovido la cobertura de repatriación, una recomendación del Ministerio de Exteriores español en caso de viajar a determinados destinos (Vietnam, Mauritania o Argelia, entre otros), incluso algunos muy turísticos como China (donde hay que abonar por adelantado la asistencia médica) y nuestro vecino Marruecos, ya que la repatriación puede resultar muy costosa. Especialmente significativa es esta cobertura en el caso de los expatriados, entre los que las empresas han reforzado su asistencia sanitaria.

Salud en las empresas

Pero no son los únicos empleados que se han visto favorecidos por la mayor concienciación colectiva por la salud. Un término que también se ha impuesto durante la pandemia es el de “empresa saludable”. Y no solo porque el coronavirus ha puestos sobre alerta a todos y ha sensibilizado sobre la facilidad de que en un lugar cerrado un trabajador con alguna infección pueda expandir rápidamente sus virus entre los compañeros, generando más bajas laborales y absentismo. También porque el confinamiento ha sacado a la luz entre las organizaciones un tema de plena actualidad: la salud mental. La ansiedad o el estrés generado durante las semanas metidos en casa han puesto sobre la mesa el verdadero calado de estas patologías, que en muchas ocasiones tienen su origen en los entornos laborales o se trasladan a estos.

En este sentido, se ha producido entre las empresas una evolución sobre el cuidado de los trabajadores, ya que antiguamente solo se hacía hincapié en la prevención de riesgos laborales, claramente enfocado a los daños físicos, mientras que en la actualidad se ha extendido esa apreciación a todo lo que supone la salud de los empleados, también mental, poniendo en marcha planes de bienestar, programas de conciliación o campañas de promoción del ejercicio, entre otros.

Este mayor interés se ha trasladado a los seguros de Salud colectivos, como garantes de esos beneficios, que, como siempre, actúan como un incentivo para esos trabajadores, cada vez más preocupados en su cuidado, generando un mayor compromiso entre los mismos, mejorando su productividad y reduciendo el absentismo laboral. Mientras a las empresas les sirve como herramienta para captar y retener el talento.

De hecho, gran parte de las grandes empresas emplean los seguros de Salud como un beneficio social y, cada vez más, compañías de menor tamaño están incorporándolos, ya que es el más apreciado entre los trabajadores. Según la Radiografía de la Salud en la Empresa, realizada por Savia, el 66% de los trabajadores considera que es importante que su empresa ofrezca servicios de salud y bienestar. Además, un 55% declara tener en cuenta si una compañía ofrece o no dichas prestaciones a la hora de cambiar de trabajo.

Todo ello está teniendo su reflejo en las pólizas. En los tres primeros trimestres de 2022, el crecimiento de los seguros colectivos en primas fue muy similar al de las pólizas individuales, alrededor de un 7%, pero en número de asegurados, los colectivos crecieron por encima del 7% y los asegurados individuales lo hicieron un 2,6%, lo que demuestra el tirón de este segmento.

Aumento de primas

Sin embargo, no todo son buenas noticias, ya que hay varios factores que presionan la rentabilidad del ramo y que ya están afectando a la cuenta técnica de las aseguradoras: la escasez de profesionales sanitarios; la incorporación de nuevas tecnologías, que mejoran, pero a la vez encarecen los servicios prestados; el aumento de la siniestralidad por la creciente petición de prestaciones médicas; la entrada de nuevos competidores... Una serie de variables que hacen prever un incremento de las primas en los próximos meses.

No obstante, la alta demanda de recursos sanitarios privados hace que en la actualidad en el sector hospitalario privado se lleven a cabo el 42% de las intervenciones quirúrgicas, el 31% de las estancias y el 31% de las urgencias que se registran en nuestro país, lo que pone en evidencia la presión asistencial que se está ejerciendo sobre el sector, que tiene que tener una respuesta a modo de inversión en personal y recursos.

Como señala el informe “Un sistema sanitario en transformación. Los retos del seguramiento privado”, realizado por la Cátedra de Salud Sostenible y Responsable de la Universidad Complutense de Madrid y la Alianza de la Sanidad Privada Española (ASPE), se ha de garantizar la sostenibilidad de la prestación ante el incremento significativo del gasto sanitario, acompañado de los aumentos de los costes generales por la inflación. Ahora bien, ello pasa por “concienciar a los ciudadanos del coste real de la asistencia sanitaria para adecuar los precios de las aseguradoras, incrementar de forma progresiva los baremos pagados por las compañías a los prestadores, mejorar la eficiencia de los procesos asistenciales y equilibrar la estructura asistencial a la oferta aseguradora”.

En este sentido el estudio advierte de la proliferación en los últimos años de las pólizas de bajo coste, que resultan del todo insostenibles, ya que provocan, también en la sanidad privada, listas de espera en algunas especialidades y generan que los médicos dediquen menor tiempo en su atención a los pacientes.

Inversión tecnológica

Además, existe otro factor que, irremediablemente, provoca el encarecimiento del seguro y es la necesaria inversión tecnológica, tanto en la prestación de servicios como en el desarrollo de tratamientos y terapias. Aquí nuevamente la pandemia tuvo su impacto, ya que para asegurar la atención de los asegurados las compañías aceleraron la implantación de soluciones tecnológicas, con la telemedicina a la cabeza. El 77 % de los clientes que usó este tipo de atención en 2020 quiere seguir haciéndolo. Por eso, hoy el 72% de las aseguradoras incluye este servicio para salud general. Además, una de cada cuatro aseguradoras ya ofrece aplicaciones para sugerir diagnósticos en condiciones médicas simples y wearables para que los pacientes puedan autogestionar su bienestar.

Asimismo, las aseguradoras están volcándose en la aplicación de la inteligencia artificial, con la que se consigue coordinar e integrar grandes cantidades de datos en el seguro de Salud, de modo que no solo los clientes se benefician de esta innovación a nivel asistencial, sino también en la simplificación de trámites, lo cual también favorece el trabajo de los mediadores.

Estos avances tecnológicos que están apostando fuerte por la prevención y la cronificación de dolencias. Precisamente este último aspecto adquiere especial relevancia en una sociedad cada vez más longeva, lo que también devendrá en mayores dependencias y una creciente necesidad asistencial. Y no solo por enfermedades físicas. Desde hace unos años se está prestando especial atención a la salud mental, de nuevo acentuadas con la pandemia que hizo más palpables algunas dolencias como la ansiedad, el estrés, la soledad o la depresión. De hecho, según los expertos, los trastornos psicológicos se convertirán en los próximos años en la principal causa de discapacidad, especialmente significativa en una sociedad cada vez más envejecida.

Por ello las aseguradoras están cada vez más centradas en proporcionar atención social y sanitaria también con programas de salud mental y con vistas a desarrollar estrategias preventivas y de cuidado de la salud a largo plazo, como elemento fundamental en la sostenibilidad del modelo de asistencia privada. Todo ello centrado en la personalización de las soluciones y servicios y la digitalización de los procesos para mejorar la experiencia de los asegurados. No obstante, según el informe The New Health Journey: Value-based Care, Prevention and Chronic Disease Management, de NNT Data, los recientes avances tecnológicos están favoreciendo sobremanera la asistencia virtual, lo cual, más allá de la comodidad, resulta de gran valor para mitigar las barreras del sector, como puede ser la atención a personas mayores o dependientes.

Recuadro

Retos de la sanidad privada

El estudio “Un sistema sanitario en transformación. Los retos del seguramiento privado” pone en evidencia los desafíos a los que se enfrenta el ramo de Salud:

- Mejorar la transparencia de las pólizas y dotarlas de mayor claridad, concreción y sencillez para facilitar el entendimiento a los ciudadanos.

- Garantizar la continuidad de la prestación sanitaria del asegurado, con independencia de su patología y de su edad.

- Transformar el seguro de asistencia sanitaria en un seguro de Salud, con modelos que promuevan la prevención de enfermedades y el fomento de hábitos saludables.

- Garantizar el acceso a técnicas y tratamientos innovadores, de modo que las pólizas incorporen, en menores plazos de tiempo, los avances de los prestadores sanitarios.

- Garantizar la sostenibilidad de la prestación sanitaria privada, concienciando a los ciudadanos del coste real de la asistencia sanitaria para poder adecuar los precios del seguro.

- Innovar en modelos de gestión para disminuir la saturación del sistema privado de salud, provocado por el un aumento significativo de su uso

- Colaborar y apoyar medidas orientadas a la incorporación de un mayor número de profesionales que permitan garantizar la calidad de la atención sanitaria privada.

- Establecer el futuro del modelo del mutualismo administrativo que permita ofrecer una atención sostenible y de calidad.

- Llevar a cabo una transformación digital en beneficio de la salud del asegurado con responsabilidad bioética.

- Favorecer la integración de la atención sanitaria y atención social, e incorporar y desarrollar programas de salud mental para todos los asegurados.